14/11/17

Poema de Estela Barrenechea


Reminiscencia 

Tus pies buscaban los míos 
rozando la lana áspera 
del porrón. 
Ningún ángel podía con nosotros. 

Para que sepas, 
la luz y el olor de la estufa de gas 
nos adormecía. Casi en sueños 
el pis abría nuestros ojos. 
Tiritando de frío, la escupidera 
era garantía cierta 
de no mojar la cama. 

Teníamos una edad desconocida 
como para caminar indiferentes 
el pasillo de las palabras. 

Dime, 
¿la luz cierta de la luna 
se deslizaba por el espejo del tocador? 
¿hacía bailar frenéticamente 
los diminutos frascos? 
Todo parecía confuso, 
imperceptible.

Hoy, nuestra voz 
cura los caminos de la infancia.




© Estela Barrenechea

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3 comentarios:

Blogger Ines ha dicho...

Qué original y poética manera de recuperar algo de la infancia. Bello. Abrazo, Inés

14 de noviembre de 2017, 17:32  
Anonymous Anónimo ha dicho...



"Todo parecía confuso, imperceptible". Así era nuestra infancia. Me encantó este recuerdo que me hizo tiritar.

Un abrazo,

Alicia Márquez

17 de noviembre de 2017, 9:44  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Estela: la infancia y sus detalles realistas hacen de este poema una pequeña joya, con un brillo suave y a la vez natural. Ese "tiritando de frío" y "la escupidera" nos llevan más allá del tiempo a la indefensión. Esa luna en "el espejo del tocador"y los "frasquitos" que tiemblan nos trae también la magia de la mirada infantil. Lo disfruté mucho Irene Marks

20 de noviembre de 2017, 10:58  

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